Hasta los materiales más insospechados pueden servir
para envolver un regalo y reciclar, en éste caso con...
las mallas de fruta y verdura ¡que normalmente van a la basura! (no, no, no!!!)
Ya puedes ir guardándolas si te apetece sorprender con algo distinto y de bajo coste en su exterior,
que ya me encargo yo de decirte cómo transformarlas en algo completamente distinto
y que sirva para proteger y resaltar su contenido.
Tenía esta malla verde rectangular, creo recordar que de judías verdes...le corto un trozo para dejarla cuadrada y le meto dentro plástico de burbujas (que he despegado antes de un sobre usado) doblado por la mitad para que el regalo esté mejor protegido, ya que se trata de un platito de porcelana.
Doblo un poco el lado abierto pegándolo con unos puntos de silicona y ahora ya está listo para ir preparando el adorno, que si no fuera por el material del que está hecho no sería nada original...sólo un lazo y una flor.
Esas mallas naranjas habían tenido cebollas. Las voy pegando por el centro haciéndole antes unos dobleces y luego entre sí, para colocarla por la parte de delante del paquete y los extremos sueltos los cierro por detrás pegándolos con otro poco de silicona caliente.
La flor se hace con mallas pequeñas de color fucsia y negro (de ajos) metidas una dentro de otra y atadas después de volverlas con una hebra de yute.
También corté unas cuantas hojas que puse alrededor de la flor y tuneé la etiqueta (que aquí todo sirve!) y le pegué papel kraft del mismo tamaño sobre el que escribí un mensaje...
¡Ya está terminado! ahora sólo hay que esperar que le guste a nuestra media...¿cebolla? ;-)
Con ésta entrada participo en el reto del Empaquetado bonito de Patypeando.
¿Vienes a ver qué se la ha ocurrido a mis compañeras? cliquea en el logo.
