Para abanicarnos no...porque son pequeñitos
pero como detalles de recuerdo en alguna celebración sí quedarían muy bien
o acompañando el empaquetado de algún regalo
como éste ágata de caramelo...(click)
...también serían ideales, sobre todo teniendo en cuenta a quien van dirigidos...
en mi caso...¡A Cecilia!
porque le encanta pintar abanicos (en su blog puedes verlos, son a cuál más precioso!)
y porque con éste post participo en su Reto de Aniversario
al estar celebrando su cumpleaños y su aniversario de Boda con todos nosotros.
¡Felicidades!
Ya verás qué fácil y rápido es este Diy, y de paso reciclas varias cosillas que tengas por casa...
Basta con una cápsula de café, un trocito de papel decorado o de scrap, una blonda de papel de encaje, un charm de florecilla y un palito. Se corta un círculo del papel decorado y se pega sobre el de encaje, se dobla y se pega por dentro.
Después doblamos la cápsula de café (ésta es Nespresso) ya vacía y aplanada y la pegamos hasta la mitad por un lado, la doblamos y la pegamos por el otro, con la pistola de silicona.
Le colocamos el palito, haciendo una pequeño corte en la cápsula y por último pegamos el adorno de la flor metálica.
También usé cápsula de café para otro modelo de abanico, o más bien (estoy pensando que se parecen) a un pay-pay... que lleva una pequeña muestra de crochet y una cinta de tela plisada. El proceso es el mismo...
Prueba con la medida de la cápsula que tengas la medida de la cinta y del crochet, pega éste como ves en la foto y luego por el otro lado.
Bueno, en la foto no estaban aún pegadas entre sí, la hice por probar pero como me gusta mucho cómo quedó por eso pongo ésta (quedaría más encajado hacia la cápsula)
Ya ves que se pueden hacer muchas combinaciones... otro ejemplo es éste de abajo que lleva un trocito de tela de encaje, crochet y cápsula. Sólo hay que dejar volar la imaginación...
Por último, se me ocurrió otra cosa...hacerlo plegable! sí 😆
Sólo con dos blondas de papel de encaje, una blanca y otra dorada,
que plegamos a modo de abanico.
Seguro que ésto sabes hacerlo de sobra, pero bueno ya que estoy...
una imagen vale más que mil palabras (o eso dicen)
Metemos la dorada dentro de la blanca, que al ser un poco más grande viene genial para tener las dos capas y que se vea el filo por arriba. Le pegamos un abalorio o la misma flor de antes y le anudamos el borloncillo.
¡Listo para usar! jiji
para decorar poniéndolos en un marco alargado
o para regalar de recuerdo.
Por cierto, me los llevo a la fiesta de Cecilia,
que lo mismo las invitadas están acaloradas
con tanto champán y tarta